En los últimos meses, el gobierno
chino viene profundizando su política para intentar recuperar paulatinamente el
muy contaminado medio ambiente en muchas de las principales ciudades del país.
Y en ese camino está cerrando una gran cantidad de industrias de las más
diversas actividades, entre las cuales hay muchas de agroquímicos.

“El tema es central para el
negocio a nivel global, porque el fenómeno es tan importante que está
complicando, y fuerte, el abastecimiento de materia prima que muchas empresas
utilizamos para elaborar nuestros productos en todo el mundo”, explica
Sebastián Calvo, presidente de Red Surcos, la principal compañía de
agroquímicos argentina.
El ejecutivo conoce el
fenómeno de primera mano, porque su empresa tiene oficinas comerciales en China
y viaja constantemente por distintas ciudades de ese país. Desde ese lugar, no
duda en afirmar que “esto hará que se reconfigure todo la industria”. Y explica
la cuestión en detalle.
Las reglamentaciones que
aplica el gobierno chino en materia ambiental para que las industrias de
cualquier sector puedan funcionar son cada vez más restrictivas. Y como muchas
no las pueden cumplir, deben cerrar. No pocas definitivamente y otras al menos
hasta que logren cumplir con los nuevos requisitos.
Entre las fábricas que
bajan las persianas hay muchas de agroquímicos, pero también de materias primas
de agroquímicos, con lo cual se reduce la oferta de estos insumos y suben los
precios que deben pagar por ellos las plantas que logran seguir funcionando.
La provincia más afectada
es Jiangsu, ubicada unos 1.000 kilómetros al sur de Pekín, la capital del país.
Además, es la que más fábricas tiene.
La fuerza de estas
políticas es tal que la Bolsa de Shangai, la más importante del país, advirtió
que no podrán seguir cotizando allí las empresas que no cumplan con las nuevas
normas de cuidado del medio ambiente.
Y, en concreto, ya les
informó a 40 empresas de la industria química que dejarán de estar listadas en
ese mercado si no se ajustan como corresponde. Eso hizo que las acciones de
esas compañías vieran reducidos sus
valores sensiblemente.
“Todo esto tiene una
repercusión directa en la Argentina”, explica Calvo. Y precisa que “nos
preocupa que las restricciones en la provisión de materia prima se profundicen
en el futuro, además de los problemas económicos que se plantean por tener que
cambiar proveedores históricos por otros nuevos, con todas las dificultades
logísticas y financieras que eso implica”.

El presidente de Red Surcos
detalla que hay una cuestión muy importante con los registros, que afecta a
muchas compañías argentinas. Las que importan insumos desde China deben
declarar y tener habilitadas aquí las plantas donde los compran en aquel país.
Y los cambios de proveedor obligan a engorrosos y costos trámites, que llevan
mucho tiempo y complican la producción local.
En este escenario, Calvo
considera que “esto hará que se reconfigure toda la industria local, incluso
con una creciente concentración”.
La visión que tienen
conocedores como él es que el dramático proceso de cambio en China continuará
por, al menos, dos años más. “Hay cada vez más misiones del gobierno central
chino a las provincias para controlar que se cumplan con las normas, para
evitar la corrupción de los funcionarios locales”, precisa Calvo.
Ante este escenario, nuevos
actores en el mercado mundial de agroquímicos van apareciendo en un lugar
central. Muy fuerte lo hacen proveedores de la India, y también algunos de
Europa del Este para ciertos productos específicos, como un herbicida muy
importante, la atrazina, por ejemplo.
“En el caso de Red Surcos,
al haber incorporado la nanotecnología a buena parte de nuestra paleta de
productos, lo cual implica que utilizamos la mitad de principio activo que los
agroquímicos tradicionales, dependemos menos de las importaciones que algunos
colegas”, explica el presidente de la empresa.
En este contexto, el
impacto sobre los precios de los agroquímicos ha sido de entre 10% y 15% y es
probable que de aquí a fin de año suban
entre 5% y 10% más, estimó Calvo. “Más allá de eso, sigue siendo muy
favorable el poder de compra de los granos sobre los insumos, en términos
históricos”, aclaró.
Más allá de eso, el
ejecutivo adelantó que se abren algunas perspectivas interesantes para
compañías como la suya, que habrá que evaluar con detenimiento.
Por ejemplo, la posibilidad
de sintetizar aquí algunas moléculas. “Antes resultaba imposible competir en
costos con los chinos, pero dado que ahora tienen que cumplir otros estándares
ambientales, mucho más altos y costosos, que están más en línea con los que
tenemos aquí, puede suceder que se abran oportunidades de fabricación local
para sustituir importaciones”, finalizó.